Si hablamos específicamente del por qué un perro puede atacar a un niño debemos iniciar con la interacción entre el niño y el perro, el niño como tal quiere jugar con él perro y le jala la cola las orejas, lo monta, etcétera, y esto al perro aparte de lastimarlo le parece una agresión, y claro el perro se defiende.
Así como usted no siempre está de humor para soportar ciertas situaciones por “x” motivo, lo mismo ocurre con nuestra mascota y si le sumamos que su libertad esta coartada entrara en un estrés constante que lo llevara a un cambio de conducta. Aunque tenga una cadena de 5 metros de largo.
Debemos de aprender los adultos el lenguaje corporal del canino para enseñarle al infante.
Un perro no es un juguete para un niño. Deben respetarlo, no molestarlo mientras duerme, come o está enfermo. Y nosotros poner barreras físicas entre el canino y el niño.
Cierto que parte de la agresividad del perro lo trae por genética, además recordemos que es un descendiente del lobo con un instinto de casería que no se puede suprimir tan fácilmente.
El 70% es lo que nosotros le enseñamos desde cachorros, lo estamos “programando” para que sea un perro alfa, líder dentro de nuestra familia, y no hay nadie dentro de esta familia que tenga el carácter para, ya no digamos imponerse o doblegarlo, simplemente ¡controlarlo!
El cachorro toma la chancla y la jala de un extremo gruñendo, él la quiere; y le decimos al niño: toma el otro extremo y jálasela, sacúdele la chancla, quítasela; estamos propiciando la competencia natural que el perro tiene con un miembro de su manada, así se establecen las jerarquías, solo que le estamos poniendo a nuestro niño, ojo con eso. Porque también le estamos enseñando al niño a no respetar al perro ni a su espacio.
Los niños no han aprendido las señales que manda el perro antes de atacar, es un ¡no me molestes!
Coloquialmente se dice que el perro huele el miedo, no es este como tal, son los cambios en nuestro cuerpo producto del miedo los que el perro percibe, y nos pone en modo de presa.
el corazón acelera su pulso, las pupilas se dilatan, la respiración se acelera, viene un estrés que eleva la temperatura y sudamos, aunado a la producción de cortisol y adrenalina.
Esto es miedo. Y convierte al niño en una presa vulnerable, y yo agregaría, también al adulto mayor y cualquier otra persona que no tenga interacción con un canino, y menos si este esta desequilibrado.
Si mi estimado lector también el equilibrio emocional que tenemos en casa afecta en la educación y/o conducta de nuestro perro.
2 puntos para finalizar:
¿Para qué quieres un perro? guardia y protección, compañía, estas emocionalmente preparado para educarlo.
No le regale un perro a un niño, para él será un juguete más. Y pueden venir los accidentes.
Eduquemos no satanicemos al canino u otra mascota.
Por una vida animal digna.
MVZ Amílcar Meza R,
El arca Wamerú.