Los instrumentos legales y de gestión como los ordenamientos territoriales ecológicos urbanos y las zonas de áreas naturales protegidas no están sirviendo para evitar la construcción de presas, refirió Beatriz Torres Beristain integrante de LAVIDA en Veracruz.

Al hablar sobre los proyectos hidroeléctricos en el Estado -a bordo del buque Esperanza de la organización Greenpeace, que se encuentra este fin de semana en el puerto de Veracruz-, Torres Beristain subrayó que las presas no son energía limpia, “son renovable, pero no son socialmente responsables, mucho menos son amigables con el medio ambiente”.

“Las presas causan inundaciones, devastación, despojo a las comunidades y pérdida de flora y fauna. Todas las presas causan daño algunas en mayor o menor magnitud” argumentó.

En ese tenor comentó que tan solo “en la cuenca del Bobos-Nautla hay 24 proyectos mini hidroeléctricos. 24 en una distancia de a lo mejor 100 kilómetros va a entubar el río, va a destruir esta parte de la cuenca”.

Otro ejemplo es en el Río Blanco, donde mencionó se encuentra el mayor proyecto hidroeléctrico que es “El Naranjal” con 360 Megawatts. Una presa muy grande de capital privado y que tampoco la necesitamos y va a afectar a la gente, ahí hay un área natural protegida que es la Metlac-Río Blanco-Cuichapa que hace muy poco se decretó”.

Dijo que existen instrumentos legales y de gestión como los ordenamientos territoriales ecológicos urbanos y las zonas de áreas naturales protegidas pero “no están sirviendo de nada porque no resuelven la problemática”.

Señaló que hay muchas formas de generar energía verde, la cual consideró no se está haciendo.