XALAPA,VER.,12 de DICIEMBRE._A la edad de un año, Jesús Armando Castro enfermó de los bronquios, estuvo al bordo de la muerte; los médicos pusieron una inyección a su frágil cuerpo, pero nada mejoró; en ese momento su mamá lo cargó, lo llevó ante la virgen de Guadalupe y le rogó devolverle la salud a su hijo.

Hoy, Jesús Armando tiene 33 años de edad, es hijo, es esposo, padre de familia, tiene un negocio; y desde los dos años de manera rigurosa visita a la Virgen de Guadalupe para agradecerle la vida.

“Estaba muy mal de los bronquios, ya no respiraba casi. Los doctores me pusieron una inyección, le dijeron a mi mamá que si en una hora reaccionaba estaría yo volviendo a la vida, pero si no, ya mejor que se despidiera”, refirió el comerciante.

Su madre que desde niña había sido ferviente adoradora de la virgen de Guadalupe, así que al ver que su hijo de un año de edad no mejoraba con la medicina, lo cargó y lo llevó ante una imagen que tienen en su hogar.

“Cuando estaba a punto de fallecer, mi mamá me agarró de los brazos, me cargó y me encomendó a la virgen. Dice mi mamá que abrí los ojos antes de la hora, y aquí ando, por eso yo invitó a los niños a creer en la virgen de Guadalupe, porque ella nos ayuda, nos cuida, le tengo mucho amor, por ella estoy vivo”.

Jesús Armando acude cada domingo a misa a la capilla de Guadalupe en Xico, y año con año organiza una peregrinación con 150 adultos y 30 menores de edad, para llegar a la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe ubicada en el Barrio El Dique en Xalapa.

“Tenemos 13 años viniendo a El Dique, ahorita no vino el otro organizador por su salud, algunos que venimos traemos una manda, venimos por fe y para enseñarle a los niños el amor a la virgen, venimos corriendo, en autobus y dos camionetas de apoyo que nos cuidan al frente y nos cuidan atrás” expuso.

Dejó en claro que la peregrinación se debe hacer con fe a la Virgen -que se apareció del 9 al 12 de diciembre en el año de 1531 al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac en la Ciudad de México- y jamás hacer negocio con traer a las personas a Xalapa.

“Venimos con la pura fe, no se le cobra nada a nadie, aquí nos cooperamos para contratar el autobús, para pagar la gasolina, para echarnos un taco, no es negocio; y se trata de enseñarles a los niños el amor por la Virgen”, finalizó el voluntario y devoto de María Guadalupe.